Eres una joya preciosa en Sus manos

Leer: Ezequiel 3:9

Hoy quiero recordarte que en cada aspecto de la vida hay un proceso. ¿Te has imaginado alguna vez que de un simple carbón puede surgir un hermoso diamante? Su transformación requiere de tres elementos fundamentales: tiempo, profundidad y fuego.

Observa la belleza de un diamante. En su esencia, contiene moléculas de carbón que, por sí solas, no tienen un gran valor. Pero para descubrir su esplendor y su inmenso valor, el carbón debe pasar miles o incluso millones de años dentro de una roca, en lo más profundo de la tierra, sometido a altas temperaturas. Es en medio de este proceso que se revela esta joya preciosa.

Así como el diamante, tú también tienes un tesoro oculto en tu interior. Quizás en este momento sientas que está escondido, esperando ser descubierto. Pero quiero animarte a que vivas intensamente este proceso, con fe y esperanza. Porque en cada paso, Dios está obrando en tu vida, moldeándote y transformándote en algo precioso y valioso.

A veces, los procesos pueden ser difíciles. Puedes enfrentar misiones complicadas y situaciones desafiantes que parecen abrumadoras. Pero quiero recordarte las palabras de nuestro amado Padre celestial: «No te preocupes, hija mía, porque yo te haré resistente e inquebrantable como el diamante. Serás firme como una roca. No tengas miedo ni te asustes, confía en mí, tu Dios, porque estoy contigo en todo momento».

Dios conoce cada detalle de tu vida y sabe lo que necesitas para convertirte en la mujer valiente y fuerte que Él diseñó. Él está trabajando en tu interior, puliendo cada faceta de tu ser. Aunque el proceso pueda parecer largo y doloroso en ocasiones, recuerda que Dios está contigo en cada paso del camino.

Hoy, te invito a confiar en el proceso que Dios tiene para ti. No te desesperes ni te rindas cuando enfrentes las pruebas, porque en cada dificultad, estás un paso más cerca de descubrir el diamante que eres. Permite que Dios moldee tu carácter, fortalezca tu fe y te haga resplandecer en Su luz.
Ora hoy para que Dios te dé paciencia y fortaleza durante el proceso. Confía en Su amor y en Su plan perfecto para ti. Recuerda que Él te llevará a través del fuego, purificando tu corazón y haciendo que brilles con Su gloria.

Que el proceso del diamante sea un recordatorio constante de tu valor y propósito en Dios.

¡Eres una joya preciosa en Sus manos!